El sábado a la mañana estaba en casa esperando a que viniera el fontanero
por un problemilla problemón con un radiador. Llaman a la puerta, abro y me
encuentro a una señora de cuarenta y pocos, bien vestida, con un gorrito y unos
guantes, sujetando una carpeta y diversos folletos, al verme me tiende un
folleto, y me dice que los están repartiendo por la zona. De la misma se da
media vuelta, y se va. Yo con el folleto en la mano, cierro la puerta, lo miro,
y me descojono de la risa. Vean:
No sabría decir si es el típico panfleto de los Testigos de Jehová o una
publicidad de The Walking Dead, pero vamos, tanto monta, monta tanto. En el buzón
también me habían dejado además de este mismo folleto, un lustroso ejemplar de La
Atalaya, la revista de esta secta. Huelga decir que únicamente guarde el
folleto para escanearlo y colgarlo. Allá quien quiera creer en lo que quiera,
pero por favor, no vengáis a mi casa a "comerme la oreja"
2 comentarios:
¿Tú no estabas, hace mil años y medio (los tiempos de Alex, para que te hagas a la idea), un día que no sé si en Portugalete o Barakaldo, creo que Portu, nos dieron unos folletos sobre la Iglesia Evangélica, en los que un juez supersevero que manda a todo el mundo a la cárcel tiene que juzgar a su propia madre, y para no mandarla a la cárcel se condenaba a sí mismo? Todavía recuerdo las carcajadas que nos pudimos echar... y todavía íbamos sobrios.
Coñe, pues no, no estaba. Amda que no me habria reido ni nada. Joder por cosas como esas es por las que hecho de menos salir de fiesta (y ser joven)
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