Con una estética manga y una canciones de lo más japonesas,
nos encontramos con un juego de plataformas, habilidad y puzzles, que tiene más
chicha de lo que aparenta. Baboon se gesto como un videojuego para móvil, pero
tras ganar el premio a Mejor Videojuego Vasco en el HoPlay de 2011, Sony se
intereso por el proyecto. Así que paso a formar parte de la familia Sony cuando
les dieron el OK y se pusieron a programar para PS Vita. Antes de nada decir
que me une una amistad de la adolescencia con el director y fundador del
estudio, Jon Cortazar, pero ello no es impedimento para haber disfrutado del
juego y saber valorarlo como lo que es. Es decir, soy objetivo y no me dejo
influenciar, pero entiendo que mis palabras puedan cogerse con pinzas, así que
lo mejor es que lo probéis vosotros mismos. De todas formas aquí estoy para dar
mi opinión.
Dejando la historia a un lado, más adelante me meto con
ello, vamos con la mecánica jugable. Tú puedes controlar a Tumbili (el protagonista)
de izquierda a derecha, pero no puedes saltar, para ello tendrás que utilizar
las bombas que siempre llevaras a mano. Dependiendo del lado al que la
pongamos, la distancia y la potencia que le demos al explotar la bomba, Tumbili
saldrá lanzado hacia un sitio u otro. Para entenderlo fácilmente, es como una
especie de juego de billar (ángulos y fuerza) pero también hay que tener en
cuenta la física, es decir, la gravedad que nos hará dibujar una parábola.
Nuestros objetivos iniciales serán acabar las pantallas, pero más adelante
necesitaremos rejugarlas para conseguir más ítems que nos permitirán continuar
desbloqueando nuevas zonas y pantallas. Los enemigos finales de cada fase, o
algunos minijuegos que se irán abriendo según continuemos la historia, cambian
estas mecánicas dando mayor variedad al juego, pero es mejor dejarlo para que
lo descubráis vosotros (solo diré una cosa, Arkanoid)
Al inicio vamos con una bomba básica, pero rápidamente
empezaremos a encontrar o construir nuevas bombas con características
especiales, de hielo, de fuego, pegajosas, imanes, con una segunda explosión…. Estas
nuevas bombas y objetos las conseguiremos tras interactuar con el resto de personajes
que pueblan el juego, pero para hablar de ello me tengo que meter en la
historia, así que vamos.
Baboon, el que da nombre al videojuego, es el malo, un
Pirata Mandril (no malandrín, que también) que decide quedarse todos los plátanos
de Isla Plátano. Para ello les ha disparado con su pistola antigravedad dejándolos flotando
por toda la isla. Tumbili, nuestro alter ego , es el descendiente de una
familia de monos circenses que se lanzaban con un cañón. Así pues su abuelo Mumbili,
le ha enseñado todos los tucos para volar por los aires gracias a unas potentes
bombas. Para detener a Baboon, deberemos de recorrer la isla entera y
ayudar a los habitantes de cada zona, esto nos reportara nuevos amigos y nuevos
objetos con los que poder llevar a cabo la aventura. Algunos de estos
personajes serán completamente imprescindibles en la historia, como puede ser
Shinobu, la motera, que será la que nos ayudara a desplazarnos de una zona a
otra y que tiene una historia oculta en la que te acabaras metiendo para ayudarla,
aunque ella no nos trate especialmente bien al conocernos, los aficionados a los
manga diran que es Tsundere. Y esto me lleva a comentar más a fondo su
estética.
Si, como he dicho al principio del texto y como salta a la
vista, su estética manga desenfadada es lo primero que entra por los ojos.
Aunque el diseño de los personajes principales es creación del estudio vasco
(ojo, que no lo he dicho, compuesto por 5 personas) se que hay alguno de la
mano de algún creativo japonés, ¿Y cómo es esto así? Pues porque la música del
juego ha sido compuesta por Hideyuki Fukasawa, compositor de entre otras bandas
sonoras las de los Onimusha o Street Fighter IV, casi nada. Esto se traduce en
una música marchosa y pegadiza que para nada se hace cansina y que estarás
tarareando a los cinco minutos de escucharla (mi esposa la tiene de tono de
móvil y cada vez que suena me pongo a canturrear)
Nos encontramos en definitiva un juego para la portátil de
Sony con una ambientación y música japonesa, con unas pantallas desafiantes
llenas de obstáculos a superar y todo ello orquestado desde una pequeña oficina
de Bilbao. Si esto no es fusión de culturas…..jejeje.
Pasen por aquí y déjense los dineros, harán ustedes bien y tendrán
horas de diversión (y algún que otro lamento por haber fallado un salto)
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