Llego de improviso, no lo esperaba ni tenía idea de que Naxo
estaba trabajando en él, y mucho menos
saber que ya estaba terminado y confeccionado, incluso que como digo uno o dos
días antes lo había puesto en correos. Así que cuando el cartero me hizo
entrega del sobre que lo contenía fue de lo más agradable, no por el cartero,
sino por el contenido del sobre, el Suburbio 61.
Ya de primeras me sorprendió el pequeño tamaño, que Naxo me
recordó ya había utilizado en algún numero anterior, así que a la que tuve un
rato libre empecé a ojear, aunque como el buen vino (aunque a mí el vino no me
guste) el Suburbio yo lo paladeo, lo degusto en varios días, me lo dosifico
para que me dure más que un arrebato de curiosidad y desenfreno. Así que como
digo solo lo ojee, pero a estas alturas ya lo he leído y tras unos días bastante
agitados, encuentro un hueco para hablar sobre este número.
Empieza con un artículo de lo más emotivo, en el que Naxo
habla de su tristemente fallecido progenitor, y habla de dos facetas de su
padre las cuales yo desconocía, dibujar y el baseball (aunque he de decir que
el tema del baseball me entere meses antes de recibir el fanzine) y es que
resulta que el padre de Naxo fue campeón de Europa del deporte por el que los
americanos se pirran. También era un hombre al que le gustaba dibujar viñetas
humorísticas estilo El Perich o Forges. Tras el artículo vienen varias de estas
viñetas de humor grafico.
Después viene un artículo de un hecho traumático de un
tercero que ocurrió muy cerca de Naxo y su madre, el suicidio de una persona en
un centro comercial. En dicho establecimiento estuvimos hace unos meses y nos
conto Naxo la anécdota con pelos y señales, y es que no debe de ser fácil
olvidarse de un hecho semejante.
De todos es sabido que Naxo ha tenido muchos ídolos y que ha
sido seguidor de muchos mitos y personajes, así pues hace pequeños resúmenes de
varios de estos personajes contándonos cuales fueron sus motivaciones para
empezar a seguirles y en la mayoría de los casos cuales fueron también porque
dejo de tenerles tan en cuenta.
El siguiente articulo es de una firma invitada, JJS que nos
habla de lo fan que es de Van Damme y del genero de los Kickboxer, y las
consecuencias que ello tuvo para el dedo gordo de uno de sus pies.
Le sigue un artículo sobre los recuerdos olfativos, son esos
que al oler algo te retrotraen a cómo te sentías cuando olías ese mismo aroma
mucho tiempo atrás. En este caso es el olor de un Gizmo de juguete, uno que era
más grande de lo habitual y que ahora supongo es imposible de encontrar a la
venta. El de Naxo no sabe donde esta, se teme que en algún basurero a estas
alturas, pero así es la vida.
Naxo cierra el fanzine contándonos cuales fueron sus comics
de infancia y juventud, poniendo la guinda con unas descripciones de los comics que Naxo ha
hecho desde bien joven, y es que como el bien explica antes de coger la cámara
ya le daba al lapicero. Así que hace pequeños resúmenes de las ideas generales
que conformaban los argumentos de sus múltiples colecciones de comics que salían
de su mente y de sus manos, muchos de ellos copiados de historias de películas o
de otros comics, y lo más ingeniosos un batiburrillo de su mente adolescente,
que hoy día puestos en formato corto podrían dar mucho juego.
Un fanzine como siempre, que es un placer leer, entrar en el
mundo Fiol, ya sea en el ámbito personal o en el creativo, es fácil de hacer,
se hace rápido, se hace a gusto, por eso me gusta dosificarlo como decía al
principio. Y algo que veo y que ya le he hecho saber a Naxo, y que me alegro
saber que no soy el único, y es que en este numero la letra se me ha hecho muy
pequeña, me costaba leerlo, tenía que enfocar, YO, el que tiene una vista de
LINCE. La mala notica me la dio el propio Naxo, es el mismo número de fuente de
siempre, es decir yo me hago mayor, y mi vista empieza a fallar, en fin, si el
Suburbio ha llegado al número 61 estando igual de fresco que siempre, quien soy
yo para quejarme por cumplir años.
Con ganas de que el 62 me sorprenda al recibirlo, seguro que
sí.
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